miércoles, 29 de septiembre de 2010

ESTRATEGIAS EMPRESARIALES

PARA TENER EN CUNETA

LA LECCIÓN DE LA VACA

NO ES MI PROBLEMA

Para que no seamos indiferentes antes los hechos que aunque no paresca nos competen a todos

LA FABULA DEL AGUILA

MENSAJE

de GEORGE CARLIN

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y apartamentos más reducidos, carreteras más anchas pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, más expertos y más problemas, mejores medicinas pero menor bienestar.

Bebemos y fumamos demasiado, despilfarramos demasiado y reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos y desvelamos demasiado por cosas sin importancia, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
No hemos aprendido a no contaminar el aire, pero si a contaminar nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar más información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y pequeñez de carácter, de enormes ganancias económicas y mínimos valores e ideales. Hoy en día hay 2 ingresos en el hogar pero más divorcios, casas más lujosas pero más hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta y en que tu puedes elegirla o simplemente borrarla.
Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.
Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón sin que te cueste ni un centavo.
Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
Date tiempo para amar y para conversar y comparte tus más preciadas ideas.

Y siempre recuerda:
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.